jueves, 2 de enero de 2014

El Atajo de los Antiguos. Descenso a Gradzvayr III




Tras un sueño mas o menos reparador en la casa de Yishad, empezamos a tomar decisiones, cuando de repente Ëlara y Renoir escucharon ruidos en el oscuro tunel cuyo muro derribó Ilda. Sacamos las armas y nos dirigimos a la boca del pasillo, dos arañas del tamaño de lobos se acercaban desde la oscuridad. 
Todos nos lanzamos al ataque! las cimitarras negras de Ëlara cortaban el aire, William y Domakin se acercaron un poco y atacaron a distancia con sus ballestas, Ilda se situó en primera línea con su lanza de hueso mientras Renoir concocaba a un extraño ser de otro plano que atacó directamente. Nos costó trabajo, pero conseguimos destruir a las arañas. 


Detras de ellas en el tunel se abría una trampa ya usada tiempo atrás, el suelo se interrumpía, y tras una caida de tres metros, un grupo de estacas y un cadaver envuelto en telaraña. Conseguimos alzar el cadaver, y al quitar la envoltura un momificado elfo oscuro portaba un tabardo gris oscuro con una diseño intrincado de una araña, y una estraña armadura que parecia absorver la luz. Además unas botas y un colgante con una pequeña gema violacea. Tras un hechizo para detectar la existencia de propiedades mágicas de nuestros descubrimientos, estos refulgieron como el acero candente. Tenían que identificar sus encantamientos antes de poder usarlos.


Volvimos a tapiar el túnel con la estantería de libros y la mesa del mago. Nuestro ladron particular descendió a través del oscuro espejo-portal junto con Renoir, la luz era casi absorbida por la oscuridad, descendieron en ángulo pues el arriba-abajo en este lugar difería del de nuestro mundo. La cuerda de nudos nos dejó en una fría plataforma de piedra lisa cuyas dimensiones y forma nos resultó dificil de calcular por la extraña oscuridad. Pudimos observar un pilar con letras desgastadas en un alfabeto muy antiguo "THALADOR" y una silla de madera, y pergaminos tirados por doquier. En ellos pudimos leer sobre una investigación sobre los antiguos, civilización olvidada en Valsorth, donde Yishad sacó la forma de llegar a Karahakum.Tambien habia información sobre los "atajos de los antiguos", y unas llaves entre las que había numerosos dibujos, entre los que habia una representación de las cimitarras negras que portaba Ëlara, con esquemas de las gemas de los pomos (de los que Yishad intentó tallar copias) además de numerosas varas de hierro planas de diferentes tamaños. Al mirar el suelo con detenimiento descubrieron finas lineas de plata que dibujaban montañas y valles. Subieron por la cuerda para contar al resto de sus descubrimientos y después se separaron para preparar el viaje.

Ilda, Domakin  se dispusieron a investigar el túnel de las profundidades después de vender los mamuts con William. Ëlara y Renoir fueron a comprar un pergamino de identificación a la torre de magia, y juntos compraron los pertrechos y equipo para el viaje.

El tunel de las profundidades daba la impresión de dar a una ciudad subterránea de proporciones inabarcables dada la prisa que tenían. y despues de un encuentro con tres arañas decidieron posponer esta investigación y venir junto con el resto a descender por el espejo negro. 

Ahora estabamos todos juntos en la oscuridad, decidimos dejar Teshaner a manos de los Orcos, cada cual tenía sus propios motivos, y dejamos que la ciudad corriera su propia suerte. En nuestros corazones sabiamos que Teshaner iba a caer, y todos los seres que alli vivían, hombres en su mayor parte y  algún elfo y gigante estarían condenados para siempre. Ëlara ya había mandado un aviso a su pueblo por un mensajero humano. Aunque, ¿tendrían alguna posibilidad de victoria contra la sombra cualquier pueblo por separado?

Ya pertrechados y en la oscuridad nos dirigimos por el mapa del suelo hacia el lugar donde aparecia esquema de la atalaya de Nmvstor cerca de Karahakum que vimos en la tumba de Kvastro y Ëlara introdujo las cimitarras en el suelo. Estas hicieron un sordo click, y nada ocurrio....

Empezaron a releer los pergaminos y notas de Yishad hasta que recordaron una vieja palabra de poder que estaba anotada... VOLGRAD, una palabra antigua, posiblemente de poder raiz de muchas palabras mágicas, que designa la luz que despide el fuego. 

Renoir la pronuncio con una voz sonora y del pilar de THALADOR salió una potente luz que atravesó las gemas de las cimitarras, el mapa del suelo se iluminó, y vieron como la plataforma sobre la que estaban se suspendía en un negro vacio. diferentes estructuras como puentes y pequeñas pasarelas de piedra empezaron a salir , girar y moverse hasta alinearse con la plataforma del suelo hasta dibujar un itinerario en la oscuridad. 

Una vez terminó la alineación, sacamos las cimitarras, y empezamos una ruta en la oscuridad. notamos como un oscuro viento negro nos seguía. mantuvimos la mente fría y seguimos ascendiendo, descendiendo y recorriendo oscuras y frías pasarelas en un abismo negro.  

De repente el camino se interrumpía, una fracurada escalera debía comunicar con una pequeña plazuela porticada unos metros arriba. Pusimos en marcha el material de escalada, garfio y cuerdas y conseguimos ascender, pero algo aprovechó esa distracción para atacarnos, el viento oscuro nos acarició el rostro, lo que hizo enloquecer a Ilda, la giganta. Salió corriendo sola hacia delante sin mirar atrás. 

Mucho después la encontramos al final de la ruta, frente a otro negro espejo. al intentar introducir la mano, esta se detenía con un tacto frío. Renoir acudió a su magia y una bola de fuego atravesó lentamente el negro espejo,  pues como descubrimos la salida tenia una gruesa capa de hielo que el tiempo y el frío había acumulado. Acabamos en la caverna que otrora desembocara en la almenara de Kvastro, y a nuestros pies el enorme glaciar del Lobo Blanco.
* Los atajos son una inspiración-homenaje a los que aparecen en las novelas que me estoy devorando actualmente de La Rueda del Tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario